148 gnano il 16 gennaio 1351 *), e, coll’ altro, stretto il 10 novembre 1349, coll’imperatore di Costantinopoli, Venezia aveva ribadito il cerchio di ferro in cui sperava di stringere, fino a soffocarla, la rivale. — Il lavorio diplomatico, lento, tenace aveva x) V. il testo nel « Memorial historico español. Colecion de documentos, opüscolos y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia». Tomo II. Pagg. 274-286. Madrid 1851. Nella prefazione a questo volume sono cosí riassunte le vicende del trattato veneto-arago-nese, dalle fonti spagnuole: (Pag. 253-54). «Los venecianos, que non ignoraban las enemistades antiguas entre Aragón y Géneva; ni los disgustos recientes, pensaron en aprovecharse de tan feliz coyuntura para atraer al Rey D. Pedro a su partido. Con este objeto le enviaron per embajador á Juan Grandonico, uno de los principales magnates de su Républica. Atento este á llenar los deseos de su patria oprimida por sus enemigos, procuró por muchos dias con grande empeño que se confederase et rey de Aragón con el dux de Venecia, é hiciesen ambos causa común contra los genoveses, perturbadores de los mares. Aunque conocía el prudente D. Pedro la necesidad de reprimir la orgullosa Génova y obligarla con la fuerza armada á guardar los tratados y respetar la independencia y derechos de las demas naciones, no quiso decidirse en materia de tan graves conseqüencias sin oir primero á los de su Consejo. Juntáronse, pues, de su orden para examinar este negocio el conde de Terranova, D. Pedro de Moneada, D. Pedro Fenollet, Vizconde de Illa, D. Bernardo de Cabrera, Aymar de Mosset. D. Galceran de An-glesola, Señor de Belpuig, Ramón de Ruisech, Bernardo de So, García de Loriz, Tomás de Marzá, Rodrigo Díaz. Bernardo de Codínachs, Maestre racional, Ferrer de Manresa, Bernardo de Olizinellas, Jayme Ezf’ar, y otros. A pesar de que estos consejeros deseaban lo mas útil y conveniente á la casa Real de Aragón y a sus conciudadanos, hubo entre ellos variedad de pareceres. Los unos creían que el intérés del estado exigía confirmar y afianzar mas y maz la paz con los genoveses, y aun unirse con ellos por razón de su pericia naval, experiencia y destreza en las cosas de la mar, y vecindad á la isla de Cerdeña, donde sus ciudadanos tenian grandes relaciones, y podían causar gravísimos perjuicios. Otros por el contraio, opinaban que el Rey debía confederarse con la-Señoría de Venesia, y perseguir a la pérfida Génova, que tantas veces habia quebrantado con insolencia su palabra y hecho tantos daños